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Así sea por protección de diferentes condiciones ambientales o bien del ambiente, el hombre históricamente ha acudido a la indumentaria y, con ella, de forma indirecta a la moda masculina. Producto de cambios y expresión, esta área se fundamenta en un espacio plenamente personal, en el que el individuo puede llegar a diferentes conclusiones conforme sea su opción escogida.
Centrarse en el vestir como forma cultural lleva a diferentes análisis que se establecen en la base de fenómenos sociales y activos. Sucesos que marcan inspiración en los diseñadores, convirtiendo la prenda en un objeto icónico, único y absolutamente cargado de diseños pensados basándonos en variables que rigen en el imaginario de su autor.
Como reflejar la utilidad de la vestimenta, su empleo y su incesante repercusión en las personas, la mirada se ubica en la silueta masculina, figura que produce su paseo a lo largo del último siglo y su precedente, transformando atuendos señoriales y callejeros en una máquina del tiempo que se aggiorna a los hechos históricos del instante.
En el campo formal, la dualidad del blanco y el negro expresaría elegancia y los trajes de 3 piezas volverían al ruedo. En contraste, el movimiento hippie caería en un nuevo desenlace, impulsado por la utilización de un estilo anárquico: el movimiento punk, una contracultura que se identificó por el empleo de vaqueros ajustados, botas y camisetas, y fueron impulsados por la imagen de Vivianne Westwood y Malcom McLaren.
La iniciación de influencers en la TV empieza a sentirse, y como desenlace, reaparecen las camisas hawaianas. Por otra parte, el grunge se consolida con la imposición de Kurt Cobain. Por último, un nuevo estilo se establece: el formal/informal. Encuadrado en la serie Miami Vice, lúcida una turbia distinción entre lo casual y lo estructurado, desprendiéndose de la sastrería por unos años.
Los últimos años del Siglo veinte llegan y con ellos no hay una tendencia ni moda masculina plenamente definida, la conciencia de la inexistencia de la libertad es moneda corriente y las personas desean sentirse más cómodas. Se presentan productos distintivo que hacen a la década, como las zapatillas Converse All Star, los vaqueros Levi’s quinientos uno y las lentes de aviador Ray Ban. Por si fuera poco, los suéters y las camisetas de bandas se popularizan en el campo juvenil y estructuran un nuevo gusto por la vestimenta.
La nueva era del Siglo veintiuno deja su reciente patentiza y las semanas de la moda para hombres marcan su punto indeleble en la elección de los atuendos diarios. El nacimiento del campo digital plantea un nuevo punto de vista sobre estilos a adoptar y la sociedad produce su criterio. Múltiples firmas invaden los stores de las primordiales urbes y advierten diferentes propuestas.
Los años actuales se fundamentan en un resurgimiento de las tendencias del Siglo veinte y marcan un fenómeno de inspiración anteriormente. Brota el streetstyle como expresión de las consecutivas manifestaciones personales de los transeúntes y, con ella, estilos renovadores y combinaciones repensadas para el empleo actual. Acompañando a este se halla el hipster que, grosso modo, compone a una persona que emplea un look muy marcado. Finalmente, los complementos, los detalles y las prendas entalladas forman ítems que reúnen la identidad de la imagen personal.
La moda masculina durante los años, una evolución incesante
Formando una temporada en la que el dinamismo entre década y década fue marcado y con fuerza influido, los siglos convocados conjugan la historia y el contexto en el que el hombre se expresa en el área de la moda. Desde frac de los mil novecientos hasta la diversidad de tendencias y estilos de nuestros días, el público masculino desarrolla su consciencia y determinante interés por este aspecto de su vida, aspecto que forma el cada día de su imagen y estilo.
